21 abril 2016

Mitología de las constelaciones: Tauro


Tauro, la bravura de Zeus.

Tauro es una constelación muy visible. Su principal estrella es Aldebarán y nos marca el ojo de la figura del toro.
Hace 5000 años se veneraban a este grupo de estrellas en forma de V. En esta época, el sol pasaba por delante de este grupo de estrellas en el equinoccio de marzo. Lo que probablemente indicase el final del invierno y la llegada del buen tiempo.
En prácticamente todas las culturas se identifica a este grupo de estrellas con el toro o la vaca. En Egipto, Cuando Osiris se identifica con el dios-toro se le relaciona con esta constelación. Ocurre lo mismo con Isis, la diosa vaca. Se postula que la luna en su forma de creciente, al pasar sobre la constelación podría dar origen a su identificación con unos cuernos.
Los griegos tienen en su tradición dos historias que pueden relacionarse con esta constelación:

El mito de Io:

Argos era un monstruo que tenía cien ojos y que nunca dormía del todo, porque, mientras 50 ojos estaban cerrados, los otros 50 estaban despiertos. Era un guardián muy apreciado por la diosa Hera y, cuando Argos murió, Hera colocó sus cien ojos en la cola del pavo real, que era su animal emblemático.
Io era una joven de gran belleza de la que se enamoró Zeus.
Cuando Hera descubrió este amor, Zeus convirtió a Io en vaca y se sintió obligada a regalársela a la diosa. Hera puso a Io bajo la custodia de Argos, quien la llevó por toda la tierra, convertida en
vaca, haciéndola sufrir mucho. Por fin Zeus, compadecido, manda a Hermes, Mercurio para los romanos, que mate a Argos y libere a Io.


El mito de Europa (Eurwph)

Europa era hija de Agenor y Telefasa, aunque a veces se dice que era hija de Fénix y por lo tanto nieta de Agenor.

Europa jugaba con sus compañeras en la playa de Sidón o a veces Tiro donde reinaba su padre, cuando Zeus la divisó y quedó maravillado por su belleza, por lo que se prendó de ella.

Como Zeus sabía que Europa podía rechazarlo si se le presentaba naturalmente, se transformó en un hermoso toro blanco que tenía cuernos parecido al creciente lunar, y fue a rendirese a los pies de la bellísima doncella.

Primero, la joven se asustó, pero luego fue tomando confianza. Primero opta por acariciar en el lomo al maravilloso animal y decide por último montar en su espalda. Zeus que esperaba esta acción de Europa, inmediatamente se levantó y partió hacia el mar.

Europa gritaba y se aferraba con fuerza a los curvados cuernos, pero Zeus no se detuvo, se adentró en la olas y se alejó de tierra, hasta llegar a Creta. Los hermanos y la madre de Europa salieron en su búsqueda desesperados y por orden de su padre, pero no dieron con ella.

En Gortina, Zeus logra su cometido y se une con Europa cerca de una fuente y unos plátanos que bendecidos por haber presenciado el divino acto de amor nunca más volvieron a perder sus hojas.

De esta unión nacieron tres hijos: Minos, Sarpedón y Radamantis. Además, se cree que fue la madre de Carno, amado de Apolo, y Dodón.

Pero Zeus no podía quedarse con su bella Europa, por lo que para recompensarla le da tres regalos. El primero es Talo el autómata, que era de bronce y cuidaba las costas de Creta contra los desembarcos extranjeros. El otro fue un perro que nunca fallaba en la cacería y siempre lograba atrapar a sus presas. Por último, le entregó una sorprendente jabalina que siempre y sin excepción acertaba en el blanco elegido.

Adicionalmente, y para recompensarla por completo, Zeus logró que Europa contrajera matrimonio con Asterión, quien al no tener hijos, adoptó a los de Zeus.

Cuando Europa murió le fueron concedidos los honores divinos y el toro que había sido la forma en que Zeus había amado a Europa fue convertido en constelación e incluido en los signos del zodíaco.

Por otro lado, se conocen otras heroínas con este nombre. Una es la hija de Ticio que tuvo a Eufemo después de unirse con Poseidón (dios del mar). Otra es una de las Oceánides, hijas de Tetis y Océano. También, la madre de Níobe, esposa de Foroneo se llamaba Europa. Y por último, la hija del Nilo y una de las esposas de Dánao.

Los romanos identificaron al toro con Baco. Durante las bacanales, un toro cubierto de flores recibía la escolta de las jóvenes bailarinas que representaban a las Híades y las pléyades.


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