Terminamos la entrada anterior comentando que veríamos cosas que no caben en este planeta. Aquí hay una recreación de algunas escalas que se manejan en el universo.
¿Conocen el telescopio espacial Hubble? Se trata de un telescopio situado en órbita alrededor de la tierra. A esta altura puede captar imágenes que la atmósfera terrestre impide que captemos desde la superficie. Dentro de las miles de cosas interesantes que nos ha mostrado el Hubble quiero comentar en esta ocasión la oportunidad que me dio de hacerme una idea de lo inmenso que es el universo.
El satélite en cuestión lleva su nombre en honor del célebre astrónomo estadounidense Edwin Hubble. Cuando este señor comenzó a mirar al cielo, el universo ya era enorme, inabarcable. Los seres humanos se sentían igual de minúsculos que nosotros ente su inmensidad. Lo curioso es que en aquella época (Hablamos de principios del siglo XX) el universo conocido abarcaba poco más que la Vía Láctea y unas nubes rodeándola.
Hubble demostró que una de esas nubes (La llamada Galaxia de Andrómeda) se encontraba unas 8 veces más alejada de nosotros que ninguna otra estrella conocida. Poco a poco fue demostrando que lo que antes se pensaba infinito no era nada más que una pequeña zona de algo aún más descomunal. Se han ido detectando miles de galaxias, miles de millones de estrellas...
Aquí podemos ver algunas imágenes captadas con el Hubble.
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23 diciembre 2011
17 diciembre 2011
Presentación
Bienvenidos a esta apasionante aventura llamada astronomía.
Hace algunos años llegaron a mis manos algunas guías y manuales para ver el cielo. Siempre había sentido esa extraña fascinación por las misteriosas estrellas que se nos muestran en el firmamento todas las noches pero apenas podía identificar un puñado de ellas.
Miraba una y otra vez, pero nunca conseguí distinguir ninguna constelación ni forma, excepto la de la Osa Mayor y, en ocasiones, las tres estrellas que forman el cinturón de Orión. En alguna ocasión, me indicaron alguna constelación, pero al rato, al ir a mirarla de nuevo, el cielo había cambiado y me volvía a sentir perdido.
Poco después de conseguir las guias hice algo que nunca habría esperado, descubrí la pólvora. Caí en la cuenta que las ciudades y los entornos urbanos no son muy compatibles con la observación astronómica. Esto es algo que se sabe, pero que no se experimenta hasta que intentas mirar al cielo por la noche.
Hasta este momento yo había vivido siempre en la ciudad y hacía poco que me había mudado a las afueras. No es una zona muy despoblada, aunque posee una muy buena noche. Esto me dio la oportunidad de ir mirando el cielo las noches que las nubes me lo permitían. Salia por las noches a la terraza y fui tomando los edificios circundantes como puntos de referencia de mi casual observatorio.
La primera noche descubrí que mi "trozo de cielo" estaba orientado al este. Eso quería decir que por ahí salia el sol, y según había leído, también las constelaciones. Veía el cielo estrellado, reconocí el cinturón de Orión, que casi se ocultaba tras un edificio. Pero quería ver una constelación. Quería ver el Zodiaco.
Llegados a este punto, he de comentar que el segundo punto de inflección en mi afición por las estrellas llegó en forma de software informático. Descubrí el Stellarium.
El Stellarium es un software de libre distribución(además gratuito) que nos muestra un cielo con una calidad bastante realista en nuestro ordenador. Otro día hablaremos de este programa, que puede ser de mucha utilidad a todos aquellos que gusten de mirar al cielo. Solo decir que al comprobar el cielo que tenia delante con que me mostraba el programa, pude ver mi primera constelación del Zodiaco, fue Géminis. No me costó mucho ver Tauro ese mismo día, y coincidió con que marte andaba cerca, con lo cual fue la primera vez que pude mirar a una estrella y decir con seguridad, que eso era un planeta.
De todo esto ha pasado más de un año y me ha dado tiempo ver gran parte del cielo, una vuelta completa de la película celeste. He leído artículos, realizado salidas astronómicas, visto documentales y hablado con amigos sobre las estrellas. Como hay mucho publicado y mi cerebro no es capaz de organizarlo todo, he decidido comenzar este blog para ir dando forma y compartir todo lo que he ido encontrando y encuentre en el futuro.
Les animo a apuntarse a esta aventura, y les aseguro que veremos cosas... que no caben en este planeta.
Hace algunos años llegaron a mis manos algunas guías y manuales para ver el cielo. Siempre había sentido esa extraña fascinación por las misteriosas estrellas que se nos muestran en el firmamento todas las noches pero apenas podía identificar un puñado de ellas.
Miraba una y otra vez, pero nunca conseguí distinguir ninguna constelación ni forma, excepto la de la Osa Mayor y, en ocasiones, las tres estrellas que forman el cinturón de Orión. En alguna ocasión, me indicaron alguna constelación, pero al rato, al ir a mirarla de nuevo, el cielo había cambiado y me volvía a sentir perdido.
Poco después de conseguir las guias hice algo que nunca habría esperado, descubrí la pólvora. Caí en la cuenta que las ciudades y los entornos urbanos no son muy compatibles con la observación astronómica. Esto es algo que se sabe, pero que no se experimenta hasta que intentas mirar al cielo por la noche.
Hasta este momento yo había vivido siempre en la ciudad y hacía poco que me había mudado a las afueras. No es una zona muy despoblada, aunque posee una muy buena noche. Esto me dio la oportunidad de ir mirando el cielo las noches que las nubes me lo permitían. Salia por las noches a la terraza y fui tomando los edificios circundantes como puntos de referencia de mi casual observatorio.
La primera noche descubrí que mi "trozo de cielo" estaba orientado al este. Eso quería decir que por ahí salia el sol, y según había leído, también las constelaciones. Veía el cielo estrellado, reconocí el cinturón de Orión, que casi se ocultaba tras un edificio. Pero quería ver una constelación. Quería ver el Zodiaco.
Llegados a este punto, he de comentar que el segundo punto de inflección en mi afición por las estrellas llegó en forma de software informático. Descubrí el Stellarium.
El Stellarium es un software de libre distribución(además gratuito) que nos muestra un cielo con una calidad bastante realista en nuestro ordenador. Otro día hablaremos de este programa, que puede ser de mucha utilidad a todos aquellos que gusten de mirar al cielo. Solo decir que al comprobar el cielo que tenia delante con que me mostraba el programa, pude ver mi primera constelación del Zodiaco, fue Géminis. No me costó mucho ver Tauro ese mismo día, y coincidió con que marte andaba cerca, con lo cual fue la primera vez que pude mirar a una estrella y decir con seguridad, que eso era un planeta.
De todo esto ha pasado más de un año y me ha dado tiempo ver gran parte del cielo, una vuelta completa de la película celeste. He leído artículos, realizado salidas astronómicas, visto documentales y hablado con amigos sobre las estrellas. Como hay mucho publicado y mi cerebro no es capaz de organizarlo todo, he decidido comenzar este blog para ir dando forma y compartir todo lo que he ido encontrando y encuentre en el futuro.
Les animo a apuntarse a esta aventura, y les aseguro que veremos cosas... que no caben en este planeta.
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