22 agosto 2016

Mitología de las constelaciones: Virgo


Virgo, la llegada de la primavera.

La constelación dibujada por las estrellas de Virgo tienen una larga tradición. Parece que siempre ha sido relacionada con una figura femenina. En tiempos de Babilonia, esta parte del cielo era relacionada con la diosa Ishtar.

La diosa Ishtar se la relaciona con el amor, la guerra, la vida y la fertilidad. De carácter caprichoso, fue cortejada y adorada tanto por dioses como por hombres y animales. Animales como el león se dejaron cazar bajo el influjo de la diosa y hasta el fiero caballo se dejó domesticar llevado por el influjo de la dama.

Una historia recurrente narra que su primer esposo fue Tammuz, mortal consorte de la dama que fue nombrado dios pastor y de la fertilidad. Cuenta la leyenda que a la muerte de éste,  Ishtar descendió a los infiernos para arrancarle a su hermana, la terrible Ereshkigal, el poder sobre la vida y la muerte.

Después de darle instrucciones a su sirviente Papsukal, de ir a rescatarla si no regresaba, Ishtar descendió a la tierra de las tinieblas, Irkalla. Comenzó valiente y desafiante, gritando al portero que abriera la puerta antes de que la echase abajo. Pero en cada una de las siete puertas se le iba despojando de una de sus prendas, y con ellas se iba despojando de su poder, hasta que llegó desnuda e indefensa ante Ereshkigal, que la mató y colgó su cuerpo en un clavo.

Con su muerte, todo el mundo comenzó a languidecer. Pero el fiel Papsukal llegó hasta los dioses y les pidió que creasen un ser capaz de entrar en el mundo de los muertos y resucitase a Ishtar con la comida y el agua de la vida. Así es como Ishtar volvió a la vida, pero tenía que pagar el precio: durante seis meses al año, Tammuz debe vivir en el mundo de los muertos. Mientras está allí, Isthar ha de lamentar su pérdida; en primavera, vuelve a salir y todos se llenan de gozo.

Esta leyenda es también otra versión para el origen de la llamada "Danza de los siete velos", la cual cuenta que el amor de Ishtar por Tammuz era tan grande que decidió también ir al reino de Ereshkigal. Con pasión y determinación, cruzó los siete vestíbulos del submundo, y en cada uno de ellos era despojada de una de sus pertenencias: un velo o una joya. En esta historia el velo representa lo oculto, las cosas que nosotros ocultamos de los otros y de nosotros mismos. Al dejar el velo, Isthar revela sus verdades, y entonces consigue reunirse con su amor.

Existen varias teorías sobre la etimología de la palabra estrella que relacionan a la diosa Ishtar. Existen otros nombres relacionados aparentemente ligados al término "estrella". Así tenemos: Astarté del fenicio, Ishtar del babilonio, Itziar del vasco, Ixchel del maya, Esther del hebreo, Stára del persa, Astaroth del hebreo.

Mención importante merece la estrella llamada Espiga. Representa un ramo de trigo en la mano izquierda de Virgo. Esta constelación es la que se levanta en el este el día del equinoccio de primavera, con lo que la aparición de la estrella de Espiga por el este en el momento del ocaso anuncia el final de los días cortos de invierno y el comienzo de los días de primavera. Este echo se relaciona en muchas culturas con el inicio de la siembra.